El año 2020 será conocido como el año que marcó la diferencia en todos los ámbitos desde la salud hasta los métodos de comerciar bienes y servicios hasta la interacción social. Desde luego el sector inmobiliario no se quedó atrás y aunque en el país se tenía previsto un crecimiento del 4% durante este año esta previsión ha cambiado.
El Banco de México estima que la economía mexicana se puede contraer entre 8.8% hasta 12.8% este año, mientras que la Secretaría de Hacienda prevé una caída de entre 7% y 10%, y para el próximo año la SHCP apuesta a una recuperación económica con una proyección de 4.6 por ciento del PIB, y a conseguir un equilibrio en las finanzas públicas y apoyar el gasto del sector salud y la inversión con la intención de mitigar el impacto de la pandemia.
Por esa misma cuestión, el sector está ante un panorama de recuperación un poco complejo, por lo que es importante remarcar la inversión inmobiliaria, ya que, la compra de un bien raíz es una de las inversiones más seguras debido a la rentabilidad que ofrece, es decir, a su retorno de inversión.
Recordemos que a pesar de la situación mundial la demanda de inmuebles no se detuvo al ser un producto de primera necesidad, y las propiedades en renta mantuvieron al sector en movimiento aunque se enfrentó a problemas debido a la pérdida de empleos. Pero si se toman en cuenta factores como el mantenimiento de las bajas tasas de interés y los plazos accesibles para financiamiento por parte de las instituciones bancarias y que las autoridades han anunciado planes económicos para revitalizar el sector de la construcción, dan certeza de que el mercado no se va a detener.
Que los procesos para impulsar el otorgamiento de créditos sean menos complicados será de gran ayuda para acelerar la comercialización inmobiliaria.
Actualmente la demanda de propiedades en venta tiene un mayor peso hacia los segmentos de interés social e interés medio, es decir, propiedades que no rebasan los 3 millones de pesos, con un 44% de la demanda total. Le sigue el segmento residencial con un 31% de participación (3-7 millones de pesos) mientras que el segmento residencial plus representa el 24% de la demanda total (propiedades que rebasan los 7 millones de pesos).
Al revisar con más detalle la evolución de la demanda de vivienda en venta por segmento en los últimos 6 meses, en términos generales sí hubo una contracción, especialmente la pandemia provocó una pausa en la decisión de comprar, sin embargo la intención no dejó de existir. Podemos observar que solo los segmentos de interés social o económico y el de interés medio son los que han tenido un comportamiento al alza, con un aumento del 5 y 8% respectivamente, mientras que los segmentos Residencial, Residencial Plus y Premium disminuyeron un -3%, -44% y -48%, respectivamente.
Cabe destacar que la industria de la construcción es imprescindible para reactivar el crecimiento económico del país, tras las afectaciones por el Covid-19, la importancia de la vivienda radica en que es una actividad que detona 37 de 42 ramas económicas, según la Canadevi.
Una vez que se ha determinado el fin del confinamiento, uno de los cambios que se vislumbran en los modelos de vivienda, además de la postergación en la compra como sucede en todas las crisis, son los cambios arquitectónicos, ya que tras lo vivido en la cuarentena, la población podría relegar algunos lujos por espacios más aptos para sus nuevas necesidades. Los desarrolladores tienen como área de oportunidad la creación de espacios más aptos priorizando la ventilación e iluminación natural, así como sistemas automatizados.
La recuperación llevará diferentes tiempos y será por regiones, con una tendencia para la vivienda de lugares mejor ubicados. Los precios podrían mantenerse o reflejar ligeros ajustes a la baja en los próximos meses, principalmente debido a que la demanda es incierta y los desarrolladores mantienen cautela para iniciar nuevos proyectos, y la recuperación proyectada para el 2021 será más lenta de lo que se había pensado a mitad de este año.
Una de las mayores esperanzas para la sostenibilidad y recuperación del sector inmobiliario es la continua demanda de vivienda; además de que se percibe cierta esperanza en cuanto a la recuperación económica desde la perspectiva del empleo, que detuvo su caída en el mes de junio.
El mercado inmobiliario tendrá que seguir mejorando e innovando para permanecer estable, fuerte y con recursos para emprender el camino del crecimiento desde el primer semestre del 2021.